miércoles, 28 de agosto de 2013

EL RAPTO DEL AYAPULLITO


Cuentan que hace mucho en la ciudad de Moyobamba, vivía una familia muy alegre y amable, en especial doña Úrsula Sajami, fiel devota de los santos patrones de la ciudad, siempre iba al cementerio a orar por sus familiares que habían fallecido, siempre iba  a misa y era una excelente cocinera.

Una tarde de lunes, doña Úrsula bajo al puerto a comprar víveres que traían de chacras aledañas al puerto de Tahuishco; escucho rumores de los vecinos que algo extraño pasaba por las noches en las casas cercanas al Río Mayo, comentaban que al promediar las 11 de la noche corría un fuerte viento acompañado de llanto de niños mezclados con el piar de un pequeño pollito, la mayoría se persignaba aludiendo algún mal o que el mismísimo ayaypollito el alma en pena de varios niños fallecidos al nacer o abandonados por padres inhumanos, apareciese por la zona; un anciano que oía todo, aseguraba que un pequeño iba a fallecer de seguro.


Terminada la tarde doña Úrsula regresaba con vecinos luego de las compras, subiendo la hermosa y bella escalinata del puerto de Tahuishco hacia el mirador; una vez allí fue en moto taxi hacia su casa; eran las 6 de la tarde y ella encendía su fogata cuando empezó a llover con relámpagos fuertes, ella preparo la cena para su esposo quien estaba en la chacra y llegaba muy tarde, ella ceno normalmente como de costumbre bebiendo un sabroso café, cuando de pronto se estremeció al escuchar el piar de un pollito pequeño, que era agónico como si lo estuviesen matando.

Úrsula hizo caso omiso al piar creyendo que era de alguna vecina; cuando se disponía a descansar, sentía como que alguien la seguía de cerca, un frío estremecedor le recorrió la espalda, ella intrigada abrió la puerta de su dormitorio y vio delante suyo un pequeño pollito de apariencia poco usual, estaba mojado y con ojos muy oscuros, ella cogió al pollito y lo puso junto al fuego sin percatarse que era el alma en pena del ayaypollito, la señora saco de un bolsón un poco de maíz molido para dárselo pero se dio cuenta al ver la luz del fuego al lado del ser fatal, que la mitad de este poseía un oscuro interior con imágenes de pequeños niños recién nacidos.

Se dio cuenta que era el mismo ayapollito, esta intento matarlo con un leños del fuego, fue cuando el ayaypollito enrojeció los ojos y aumentaba de tamaño descomunal haciendo que la señora Úrsula por el miedo desmayase; ya eran las 11 de la noche y la lluvia caía torrencialmente, el esposo de Doña Úrsula, llego empapado viendo que la casa había sido irrumpida ya que no encontraba a su esposa y la casa tenía un desorden raro, se comunicó rápidamente con sus vecinos y amigos de la familia los cuales no sabían el paradero de su esposa; por suerte ese mismo instante un  guardia de barrio pasaba por allí y logro reunir voluntarios para la búsqueda; fueron por distintos lugares de Moyobamba, los miradores, las posadas, casas de vecinos y familiares y no hallaban rastro de la bien reconocida señora.

Eran las 4 de la mañana y todo estaba triste, los vecino y familiares lloraban la inusual desaparición de doña Úrsula, cuando de pronto un joven gritaba desde lejos que la habían encontrado, y que fueran rápidamente con un sacerdote al cementerio, inmediatamente fueron a aquel lugar y en el cementerio arriba del muro donde están los niños fallecidos recientemente arriba estaba doña Úrsula desmayada; nadie se atrevía a subir a bajarla ya que todos creían que era obra de algún alma dañina, el sacerdote logro llegar media hora después y empezó rezar y cantar cantos de gloria a Nuestro Señor Dios, solo luego de la ceremonia pudieron bajar a Doña Úrsula, la que con varios intentos de reanimarla despertó desconcertada.

Pasaron las horas y ella contaba con tanto terror lo que le ocurrió, nadie lo podía creer el ayaypollito si existe, y cada quien cuidaba de los suyos y rezaba para que el alma de ese ser maligno descansare en paz y hasta ahora aún sigue en mente el relato de doña Úrsula, algunos dicen que en lluvias incesantes se escucha el piar del alma del ayaypollito 



AUTOR : JOSE ANTONIO CORDOVA WAJAJAY
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