Cuentan
los antiguos moradores de Moyobamba y sus alrededores que existía en
su comunidad un muchacho llamado Bajuak, este muchacho era aprendiz de un
curandero muy reconocido por todos al haber curado de una epidemia de peste a
la comunidad, siempre buscaba raíces de todas las especies para
experimentar nuevos remedios y nuevas curas para diferentes enfermedades que la
comunidad en temporadas era sometida.
Bajuak
era un muchacho intrépido aprendía fácilmente tenía la
mirada de un Otorongo, y la sabiduría de una tortuga, era
paciente en sus afanes de aprender nuevas cosas.
Un día en
la espesa vegetación Bajuak jugaba con su mascota que era un monito,
cuando escucho quejidos en el riachuelo que estaba a unos metros de él, fue de
prisa y cauteloso y vio a su maestro Juepka, que se retorcía de dolor,
este se acercó e hizo que se acostara, Juepka le dijo que estaba muy anciano
para la comunidad y que era hora de su muerte, Bajuak muy triste, echo a buscar
alguna planta medicinal que ayudase el dolor de su maestro,
y encontró a unos metros una hermosa palmera de chonta, alimento
natural de la Selva, pero que estaba bloqueando el camino del joven, este
sin dudar rodeo el camino y encontró la famosa raíz del
chuchuhuaza la cual con gran habilidad preparo con diferentes mezclas de plantas
naturales, el joven fue donde su maestro pero ya había fallecido, muy
triste, fue al pueblo y se comunicó con el jefe de la comunidad, este
con preocupación anuncio la triste noticia, el pueblo se puso
nervioso ya que el anciano Juepka era el que sabía de preparación de
plantas medicinales.
De
tanto meditar y con nervios aun, el joven Bajuak ofreció lo aprendido al
pueblo, el pueblo lo aclamo y así Bajuak se convirtió en el
nuevo médico de la comunidad. Pasaron los años y una terrible enfermedad azotó
la comunidad, el joven con gran sabiduría y honrando a su maestro,
supo que hacer y curo la epidemia.
Ahora
él era el protector del pueblo, pasaron años de felicidad, el joven en
su búsqueda de implementar sus conocimientos fue al bosque y en su
caminata encontró una palmera Chonta nuevamente, teniendo hambre este
saco el sable que siempre llevaba y
se disponía a cortarla cuando escucho una voz
que sobresalía de la Chonta.
La
chonta le exigía no la cortase porque era una protectora del bosque,
el joven maravillado le pidió se mostrase en forma humana, accediendo
la Chonta, una hermosa joven apareció Bajuak se enamoró de tan
bella aparición que anonadado pidió la acompañase al
pueblo.
Ella accedió pero
con la condición de que nadie debía saber de dónde venía,
el joven llevo a la bella muchacha al pueblo, la presento y el pueblo se
regocijo ya que todos la reconocieron era la protectora de su bosque, el
anciano Juepka les había comentado sobre ella.
La
joven Chonta disfruto ver tanta gente que feliz se alejó de ellos, Bajuak
la siguió pero no la pudo encontrar nuevamente, pasaron años y el
joven era el máximo medico en las comunidades aledañas también.
En
aquel tiempo ya casi un anciano Bajuak, salió al bosque y empezó a
cortar las chontas para alimentarse, fue entonces que la
joven apareció y furiosa hizo que arboles cayeran encima del anciano,
la joven no reconocía al joven Bajuak de aquel entonces, que
ahora era un anciano, cuando iba a morir por los árboles que caían
el joven pronuncio el nombre de la joven que solo
ella había mencionado a Bajuak; se dio cuenta que aquel personaje era
el amigo que conoció.
La
joven deidad del bosque triste al ver agonizando a su viejo amigo,
lo convirtió en parte de su naturaleza para que viviese y se
multiplicase con ella eternamente lo convirtió en una pequeña larva,
y anuncio que para que aquel hombre que dio la vida por ayudar a su comunidad,
siga vivo tendrían que alimentarse con aquella larva
y también con la palmera de la chonta. Y así se cumplió.
AUTOR : Jose Antonio Cordova Wajajay
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