Cuentan los antiguos lugareños de Moyobamba, que llegada
la época de pesca estos se internaban en el majestuoso Rio Mayo, en
sus aventuras y desventuras aseguraban ver a los lejos en lunas llenas,
personajes semejantes a mujeres de larga cabellera, las cuales al divisarlos se
internaban en las aguas dejando notar en ocasiones su torso semejante
a una serpiente.
Era Mayo y la Población sabía que la época de
pesca estaría en auge y se preparaban, alistando y reparando sus
botes a remo, redes que algunos tenían y otros con simples cañas de
pescar o anzuelos, se internaban en el soleado día y en las noches
llegaban al Puerto de Tahuishco con grandes cargas de peces de todos los tipos,
grandes, pequeños, en fin era un regocijo ver llegar a los pescadores con tales
cargas, la gente se asomaba a comprar y revender peces deliciosos preparados en
sus diferentes formas, asados, fritos, en Patarashca y caldos, algunos para
cortejar a las hermosas moyobambinas obsequiaban pescados y
se divertían con la multitud.
En esos días un hombre llamado Matías a quien la pesca
le corría por las venas, emocionado por
esas épocas buscaba según el los nidos de los peces para
poder lanzar la red que tenía y cuidaba como un tesoro, este personaje se
adelantaba a todos iba de extremo a extremo buscando en qué
lugar iban a haber más peces, era todo un experto conocedor de su
oficio de pescador.
Una noche ya habiendo pescado lo suficiente se propuso regresar al
Puerto de Tahuishco, pensando e imaginándose como seria su
recibimiento ya que el traía más carga que los otros pescadores, era
una noche bellísima remando y dejándose llevar por la corriente
del Río Mayo, se entretenía viendo la luna y tocando con su
mano las aguas del río no faltando unos metros para divisar las
luces de lámparas que siempre estaban encendidas en el Puerto de Tahuishco
diviso a lo lejos por debajo de unas ramas una mujer que solamente hacía ver su
torso desnudo, el deslumbrado creyó que se estaba ahogando ya que la
mujer se sostenía de una rama de guaba, el con una maniobra de
experto boga, se dirigió hacia aquel lugar
para lograr salvar a aquella mujer, pero al acercarse la mujer
se sumergió en las aguas del Rio Mayo, Matías creyendo que se ahogaba
se lanzó en su rescate y como experto nadador que era su sumergió para
buscarla pero no divisaba nada en las oscuras aguas, y
tampoco había rastros de un cuerpo flotante o arrastrado por la
corriente, entonces nado hacia sus bote, al querer subir sintió que
lo jalaba una especie de serpiente ya que la piel era semejante a la de una
boa, asustado desesperado quiso zafarse pero esta lo
jalo río adentro el sintiéndose ahogar, saco de
su pantalón un cuchillo que siempre llevaba para poder pelar las
frutas que llevaba, apuñalo la cola y escucho un grito humano, la criatura soltó a
Matías y este con desesperación nado a la superficie
y subió asustado al bote y sin habla remo rápidamente hacia
el puerto.
En esos momentos Matías rezaba con miedo creyendo que un demonio e
incluso el Yacuruna quería matarlo o raptarlo, en eso vio que en el bote
una mujer quería subirse al bote, la mujer tenía ojos oscuros y su boca era
como la de un caimán muy grande y con filosos dientes, este se asustó
y gritaba para ver si sus gritos llegaban al puerto y algún boga lo
ayudase, pero sus gritos parecían ensordecedores, la mujer
solo podía subir el torso humano este le grito para que se alejase
del bote, pero de un salto subió con la cola de serpiente enorme, Matías
se armó de valor y con el cuchillo se abalanzo hacia la criatura, pero esta con
la cola lo capturo estrujándole el cuello y
casi ahogándole sintiéndose morir con las ultimas fuerzas
este mordió la cola con tanta fuerza que esta lo soltó y
se abalanzo contra el mordiéndole la mano
y arrancándosela en esos instantes la criatura desapareció este
gritando de dolor, fue socorrido por unos bogas que de lejos divisaron a Matías,
y vieron que algo lo atacaba, con el dolor fue llevado de inmediato a un Doctor
que vivía por las cercanías este tuvo que calmar al
paciente y estabilizar el sangrado ya que había perdido mucha sangre,
Matías con el tiempo se recuperó pero quedo aterrado en la idea de volver
a navegar por el Río Mayo, contó su desventura y
varios brujos y chamanes iban y botaban pócimas al río para
alejar a la criatura, inclusive el sacerdote hacia una misa en
las cercanías del Río Mayo.
Se dice que a veces en las lloclladas que surgen cada año, a
veces la criatura es vista pero tan solo de lejos y otros dicen que las ven en días
soleados a lo lejos peinándose o sumergiéndose en las aguas
del Río Mayo.
Autor : Jose Antonio Cordova Wajajay
Derecho Reservados
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