Hace
mucho tiempo en la Comunidad Nativa de Shimpiyacu, la luna era hombre, la luna
trabajaba mucho de día y de noche haciendo chacras para poder
cultivar y coexistir en la comunidad, tal era su esfuerzo que las mujeres y
madres de la comunidad lo apreciaban mucho a tal sentido que ofrecían a sus
jóvenes hijas en matrimonio, la luna solo las contemplaba y amablemente
rechazaba el ofrecimiento.
La
luna sembraba y cuidaba mucho sus productos en especial el zapallo ya que era
su alimento predilecto, con el elaboraba los más exquisitos manjares, desde
suculentos guisos hasta dulces que el mismo preparaba, cierto día luego de la
jornada de trabajo, tuvo la idea de darse un baño en una quebrada cercana;
estaba tranquilo cuando oyó el canto de una hermosa mujer de cabellos largos
hasta la rodilla, este al verla cerca de allí se enamoró sin pensarlo.
La
luna seguía su labor pero también pensaba en aquella joven de la quebrada, y
dejando sus labores fue a la comunidad a averiguar quién era aquella joven; por
suerte la vio en una casa aledaña a unos árboles de guaba, elaborando el licor
natural "masato" a base de yuca, este se le acerco y la cortejo
debidamente ya que era costumbre llevar productos y/o animales de monte a los
padres de la joven, antes de enamorarla.
Pues
bien, la luna hizo lo debido y pronto se escuchaba por doquier el sonido de
fiesta ya que contraerían matrimonio muy pronto.
La
luna feliz invito a muchos de sus amigos, el tigre que antes era hombre y a la
lechuza que al igual que el tigre antes habitaban con nosotros.
La
luna se casó con la bella joven y para hacerla feliz le llevaba todo los
alimentos que el cultivaba en sus chacras, y para que no le faltase nada le
enseño a cocinar, pero la luna especialmente le enseño el arte de cocinar el
zapallo. La joven encantada por la comida que la luna le preparaba se enamoró más
pero parecía que su mayor placer era el zapallo.
La
joven en sus días con la luna, preparaba los alimentos, todo iba bien en los
años seguidos, hasta que la luna cada vez que regresaba del trabajo se daba
cuenta que los guisos y dulces a base del zapallo, sabían raro y no llenaban su
paladar, pero para no contrariar a su esposa este los consumía, aunque ocultaba
su malestar, paso el tiempo y la luna le reclamaba el mal proceder en la
preparación de sus alimento, la joven solo decía que los zapallos no eran tan
buenos; esto se repitió constantemente.
La
luna se preguntaba por qué los zapallos que el cultivaba sabían mal,
sospechando de lo que podría estar pasando la luna tramo un plan.
Al
día siguiente la luna dijo a su esposa que iba a demorar y que esperaba el
delicioso guiso de zapallo con ansias, este salió y con rapidez corrió hacia la
parte de atrás de su casa, en dirección de su cocina, a esconderse.
La
joven saco de uno de los costales varios montones de zapallo y preparo en todas
las ollas un exquisito guiso de zapallo que hasta la luna sorprendido quiso
salir a degustar pero se mantuvo firme, esta al ver todo listo, ante la mirada
atónita de su esposo, de sus mejillas con cuidado saco un hilo que estaba bien
disimulado y lo rompió al hacer esto la boca de la joven se agrando
enormemente, parecía una boca enorme igual a la de un sapo gigante, y empozo a
engullir toda la comida preparada hasta que no quedo nada, excepto pequeñas
sobras que esta al ver el tiempo y sabiendo que su esposo llegaría, las junto
en una olla grande con agua haciendo una mezcla sin sabor.
Se coció deprisa la boca y esperaba paciente a su esposo.
La
luna desdichado con todo eso, salió de su escondite y la recrimino, esta al
verse descubierta lloro, y pidió perdón pero la luna no hizo caso a sus lágrimas,
corrió de su casa y se internó en una de sus chacras, al estar allí corto
muchos árboles e hizo una escalera bien alta donde en el cielo construyo una
pequeña casa para escapar de la gente y ver desde allí lo que pasaba, la mujer
lo busco desesperadamente y a lo lejos vio la escalera y a la luna subiendo a
ella, entonces se dio cuenta que nunca más volvería la luna a sus brazos, esta
corrió rápidamente y comenzó a subir por la escalera, pero su estómago estaba
muy lleno y era muy dificultoso subir, cuando la luna llego a la cima este
derribo la escalera la joven cayó al suelo y reventó en el pavimento de su estómago
se regó una gran cantidad del guiso de zapallo.
El
sol al ver esto escupió y maldijo, la luna se desilusiono de la gente
y por eso escapo a su casa en el cielo, desde ahora allí vivirá, el
zapallo será un alimento sabroso pero muy escaso ya que la luna no lo cultivara
más, que así sea.
AUTORES : JOSE ANTONIO CORDOVA WAJAJAY E IRMA WAJAJAY YAUM
DERECHOS RESERVADOS
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