Hace mucho tiempo en la selva peruana, se consentía la caza de animales
comestibles y naturales tales como el majas, el añuje, el mono, en fin los
mejores cazadores eran los más aclamados, esta fiebre del mejor cazador
contagiaba a los pobladores de Moyobamba, que querían hacer hazaña con sus
logros.
Pero para cazar se tenía que pedir permiso a los apus de la Comunidad
Nativa, ya que era una ley allí hacer eso, varios cazadores de la ciudad iban
en botes con un guía de la Comunidad Nativa, se presentaban y el Apu les daba
la libertad de ingresar, con el justo trato de regalar al Apu un animal
por visita al bosque.
El Apu designaba a un guía para que vallase con el cazador y así era la
rutina de la caza; un joven cazador que vivía en Moyobamba, también se
emocionaba con los relatos de caza de sus vecinos, este también se animó a
viajar hacia a aquel lugar, pero este lo quería hacer solo, uno de los
cazadores le recomendó tener un guía para que le sea fácil la caza.
Este joven era impetuoso y no hacía caso de las sugerencias, y se
precipito al bosque, a las 5 de la mañana en un bote fue solo a la Comunidad
Nativa, le costó llegar ya que solo se guiaba de las historias para llegar
allí; hizo caso omiso de las recomendaciones de su vecino ya que debía
presentarse al Apu, este solo ingreso al bosque.
Ya eran las 2 de la tarde y el joven sin reparo corto dos árboles que
allí crecían, y les prendió fuego, esto ocasiono que el humo sea visto por los
habitantes de la comunidad, quienes enviaron a ver qué pasaba, el joven preparo
sus alimentos y esperaba la noche para iniciar su hazaña, se internó en la
noche al bosque con su linterna y su escopeta bien cargada, de pronto vio
pisadas de majas, se emocionó y siguió el camino.
Ya en horas avanzadas, encontró un venado bebiendo de una quebrada, este
disparo sin reparo y mato al animal, emocionado el joven vio a tan enorme
animal muerto, y bailo de alegría por fin haría hazaña con tan enorme venado,
lo jalo hacia donde había hecho su campamento, allí se le ocurrió volver a
cazar más, alisto sus provisiones y avanzo en la oscura noche, de pronto en la
misma quebrada vio a una tortuga bebiendo este se abalanzo hacia ella, para
matarla ya que eran lentas para escapar del hombre.
En eso ingrata fue su sorpresa cuando desde el río emano una enorme boa
era la Yacumama, y para su sorpresa la Tortuga se transformó en un monstruo
enorme más grande que dos hombres juntos, tenía garras afiladas, este le hablo
de un modo molesto diciendo que él era el Mapinguari el padre del bosque, y que
el joven había cometido delitos en el bosque.
El joven pidió perdón pero el Mapinguari, gritaba más, le increpaba que
para entrar al bosque tenía que pedir permiso al bosque en voz alta, y que era
un delito cortar árboles y que había matado a uno de sus hermosos hermanos, el
venado, que tan solo quería beber agua, y el joven no había hecho el ritual
respectivo que hacían todos los cazadores para respetar y preservar la vida.
El joven se molestó y de un disparo arremetió contra el Mapinguari o
padre del bosque, este con un enorme golpe lo dejo tendido y con sus garra lo
iba a descuartizar cuando la Yacumama le dijo que ella tenía hambre y quería
devorarlo, al oír esto el joven se levantó y dijo que lo perdonaran y que el
venado era un animal torpe y por eso lo mato, esto enojo más al Padre Bosque y
dio la orden de que la Yacumama lo devorase.
El padre bosque era enorme y tenía un olor que hacía que los cazadores
mal intencionados huyeran del bosque, cuando entraban con malas intenciones;
este se asemeja a un oso enorme con un pie hacia atrás, La yacumama devoro al
joven y desapareció en la quebrada.
Los enviados por el Apu encontraron el campamento del joven y fueron por
su rastro encontrando solo su escopeta al lado de la quebrada, informaron al
Apu y este solamente olvido el asunto ya que el joven no respeto las costumbres
del lugar.
Nunca más se supo del joven Moyobambino, pero dicen que al ser devorado
y morir, el Padre bosque o Mapinguari lo transformo en un búho para que
vigilase a todos los animales del bosque, en las noches de cacería.
Esto sería una lección para las personas que no respetan las costumbres
y vida del bosque y solo destruyen todo a su paso sin preservarla.
AUTOR : JOSE ANTONIO CORDOVA WAJAJAY
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