domingo, 19 de agosto de 2012

EL RAPTO DEL CHULLACHAQUI



Los esposos Manases y Justina regresaron del campo y no encontraron a su hija Rosaura, a pesar de que Ie recomendaron
que no se separara de la casa.
-Rosauraaaaaa... Rosauraaaaaa -llamaron ambos.
Nada. Solo el eco escuchaba.
Pasaron las horas. ¡Y nada! La noche estaba próxima.
Y lo más raro: pesado silencio aplastaba el ambiente. Hasta los bulliciosos paucares estaban callados.
De pronto, en el cercano bosque de orquídeas, a donde siempre
iba Rosaura, descubrieron unas huellas fresquecitas. Don Manases lanzo un grito... iEI Chullachaqui!
Habían encontrado en el suelo las huellas de los pies desiguales
de este demonio de la selva.


EI demonio Chullachaqui se transforma en animal, árbol, hombre, para engañar a la gente. Se presenta de improviso, como un hermoso perro manso, como deslumbrante mariposa, como una flor exquisita....
Don Manases al descubrir las huellas del Chullachaqui, pensó
haber resuelto el misterio de la desaparición de Rosaura.
Y no se equivocó. Así fue, en efecto. El Chullachaqui, había raptado a Rosaura. La niña miraba el bosque de orquídeas por la ventana de la casa, cuando comenzó a pasar y repasar muy cerca de ella una mariposa preciosa, nunca vista. Una mariposa hipnotizaste... Rosaura no resistió el embrujo; salió a cogerla, la persiguió hasta el bosque de orquídeas, mas alii, súbitamente, la linda mariposa tomo la figura de un hombre ensombrecido, feísimo. Rosaura grito. Pero ya fue tarde. EI demonio
la cogió en sus brazos y se la llevó bosque adentro, tapándole la boca.
-Rosauraaaaaa.. -llamaron con más fuerza.
Nada. Solo el eco.
-¿Que ha pasado Manases? -Ie pregunto el loro amigo.
-EI Chullachaqui ha raptado a Rosaura.
-rescatémosla! Y sin pérdida de tiempo.
Y comenzó la búsqueda, con la ayuda de otros animales.
Hasta que entrada la tarde, un mono blanco, les detuvo
desde una rama diciendo:
-¡Alto, señores! ¡Alto! Yo sé dónde está Rosaura.
-¿Donde? -Ie preguntaron en coro todos.
-¡No hablen en voz alta! Aqui nomas, en un árbol.
Llegaron junto al árbol. Dentro de su follaje distinguieron a
Rosaura. Estaba colgada en la última rama por los cabellos
¡Maldito Chullochoqui! La había subido tan alto.
Doña Justina quiso lIamar a su hija, pero el mono blanco
Ie dijo: [Chistl ¡No hable!
Entonces, con el mayor sigilo, subieron al árbol dos monos
maquisapas. Uno de ellos cogió a Rosaura por la cintura; el
otro, con mucho esfuerzo, logro desatarle los cabellos de la
rama a que estaban liadas. Descendieron también en el más
completo silencio.
De repente, estallo una descomunal carcajada en el bosque;
era el Chullachaqui que lanzaba su risa sarcástica.
-¡No tengan miedo, señores! -Ies dijo el mono blanco.
Don Manases abrazo a su hija, que desmayada estaba. Un
mono trajo agua en sus manos y roció la cara de Rosaura,
quien después de un rato volvió en sí, abrió los ojos y exclamo:
-¡Padres míos! Y se puso en pie, dominando sus sentimientos.
Regresaron a casa. Ya en ella, todos los animales se despidieron,
recibiendo el agradecimiento de la familia.


Autor : Prof. EDGAR DAVILA ROSS
Derechos Reservados

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