miércoles, 23 de enero de 2013

APARICIÓN DEL CHULLACHAQUI

Basado en hechos reales :


Esto sucedió el año pasado yo caminaba por la ruta de la  Avenida Grau de la ciudad de Moyobamba, todo estaba en silencio era raro que casi nadie estuviese afuera, comúnmente los negocios que hay por la ruta abren hasta la una de la madrugada, pase por la Flor de Maíz caminando con mi mochila y pensando en algunas cosas que se venían en mente para solucionar un inconveniente con un trabajo que habíamos realizado, llegando ya por el Grifo que se encuentra en la ruta sentí un escalofrío algo extraño, creía que iba a llover o que alguien me seguía  unos minutos llegando al siguiente grifo que está a una entrada a Fonavi uno vi en la oscuridad que algo corría y desaparecía en la oscuridad, era como un niño jugando y escondiéndose, parecía que solo yo me había percatado de eso, solo pasaban unos cuantos moto taxis, y todo seguía normal, fue en eso que el frío de la noche daba la media noche yo seguía caminando y antes de llegar a la entrada que lleva al coliseo cerrado vi a lo lejos que frente a mi había una sombra que más bien reflejaba una nube, subí la mirada y no visualice nada, seguí avanzando y la sombra me seguía .


En tan solo unos segundos de ver que la sobra seguía mi rumbo, rápidamente cayeron dos aves muertas a mis pies, me sorprendió y asusto la caída de aquellas aves. 

Siguiendo mi ruta vi que el Renaco que se encuentra al frente del mercado Ayaymama se movía violentamente con el viento cuando de eso salió como una aparición la imagen de un niño algo viejo en su aspecto del mismo Renaco que hábilmente como si fuese su guarida se metía y habría como puertas agujeros en el Renaco,  me quede anonadado y con un frío en todo mi cuerpo  

Yo aún quieto por lo desconcertado que estaba, solo me quede lleno de nervios y salí caminando rápidamente sin mirar atrás pase toda la avenida hasta llegar a la esquina del cruce de Uchuglla, sin pensar nada mi mente estaba emocionado por tal visión; siempre quise tener un encuentro con el chullachaqui y  fue sorprendente; aunque tenebroso ya que solo aparece en mi mente esa mirada de enojo que emitió mientras lo miraba a unos cuantos metros cerca de allí,  llame un moto taxi que pasaba por allí y le pedí que me lleve a mi casa y luego casi ni pude dormir con el éxtasis de aquella madrugada, luego sufrí de malestares que me llevaron a vomitar seguidamente aquella madrugada.


No sabía si lo que había visto era real pero me di cuenta que sí lo era ya que no fui el único que lo había visto.


Autor : Jose Antonio Cordova Wajajay
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