miércoles, 13 de febrero de 2013

LA MUJER SIN CARA


Era 1942 y en Moyobamba se habrían nuevos auges en prosperidad, sucedió en esos días que la fiesta en la ya populosa zona bautizada como Zaragoza a ritmos de clarinetes y platillos se celebraba el onomástico de la hija de un galardonado hombre muy conocido por todos y que siempre tenía la costumbre de invitar a dichas fiestas de algarabía a todo  vecino que vivía en sus alrededores, la hija llamada Sara era muy bella con sus ya 16 abriles era la más vista por los jóvenes galantes de la época y el padre un español casado con una mujer de Moyobamba orgulloso la vestía cual muñeca y la hacía pasear por todos lados; los galantes jóvenes solo suspiraban por ella, pero en un pasadizo muy oscuro que por encanto o por lo escondido que estaba una mujer de baja estatura y horrendo rostro observaba todos los días a la joven de lejos y muy enfadada por la belleza de la joven solo susurraba maldiciones.


Sucedió que en Junio en festividades lugareñas, vino un español hijo de grandes negociantes y amigo del padre de Sara; este con motivo de matrimonio viajo de tan lejana distancia tan solo para obtener en matrimonio la felicidad con tan bella mujer.

La joven acostumbraba salir a pasear por Moyobamba en compañía de sus amistades y servidumbre que la vigilaban constantemente; el barrio de Zaragoza en las épocas de fiesta ofrecía a todos los vecinos y visitantes todo tipo de ventas en abarrotes o recuerdos, la joven se cautivaba con los numerosos puestos de bellas prendas y bellos detalles en arreglos florales, que no sabía que comprar, usualmente los jóvenes galantes le ofrecían regalos pero ella sonriendo los rechazaba amablemente, llego a oídos de ella que su padre había arreglado un matrimonio con un apuesto caballero que había venido exclusivamente a verla; emocionada fue y conoció a su amado y los dos como por arte de cupido se enamoraron y pactaron la boda.

Tal hecho hizo algarabía en todo Moyobamba, El gobernador y varios representantes saludaban a la familia con cartas y regalos; el padre orgulloso las recibía y leía a su hija y prometido; una noche se presentó en la casa la mujer que vigilaba siempre a Sara, la portera al verla se asustó ya que su rostro era horrible, y la quiso echar pero la mujer la desmayo roseándole un extraño perfume, se introdujo en la casa buscando a la joven que dormía y en silencio dijo: ¡Sara despierta! ; Sara despertó y se horrorizo por tal aparición y está arrojando una especia de líquido al rostro empezó a quitárselo mágicamente cuando ya lo estaba logrando los gritos de dolor de la joven hicieron eco y su padre armado con un rifle entro a la habitación y vio tan espeluznante acto el rostro de la joven cual mascara yacía en las manos de la horrenda mujer quien se la puso para escapar pero en su intento cayo con 5 disparos del rifle, el hombre en llanto, fue a ayudar a  su hija quien no hacia ruido alguno solo con sus manos y cuerpo se retorcía del dolor.

El padre anonadado hizo llamar a un medico el cual no se explicaba lo que pasaba, y una mujer anciana le comento sobre un brujo que vivía en el puerto de Tahuishco, el cual podría ayudar con el dolor que sentía la joven y ver si podría revertir la maldad que la anciana horrible había hecho.
El rostro de la joven era vació, ni ojos, ni boca ni nada, el padre y la población Moyobambina no podían explicarse tal hecho y tristes buscaban soluciones, el brujo apareció entonces con el llamado del padre, este vio a la joven y atino solamente a suspirar, luego explico que la joven había perdido el rostro para siempre y que no podía tener otro y que tenía una maldición ya que estaba comprometida; su maldición era que cualquier hombre que la mirase muriera en el acto, pero el brujo solamente pudo evitar que matase tan solo a sus familiares.

Tan fuerte era la magia de la perversa mujer que era  quemada en la plaza de armas, que la joven se mantenía encerrada, pasaron los años y el padre y sus seres queridos ya habían fallecido de tristeza, ella sola se aventuraba en noches de luna por la ciudad ya que recordaba las salidas y alegrías que pasaba en luna llena, triste y desconsolada se dirigió al puerto de Tahuishco a ver a las personas que alguna vez fueron sus más queridas compañías  pero ellos la rechazaban con temor a morir, una noche se aventuró al Río Mayo para morir ahogada, al ver esto la luna  se compadeció de ella y la llevo a su regazo para que estuviese con él, desde entonces casi siempre cuando se da noches de luna llena en las orillas del Río Mayo se ve a una joven de hermosa figura, si la vez huye rápidamente porque si te aventuras a verla morirás sin remedio, tiene una hermosa figura, muy atrayente que los hombres perseguirían pero ya son varios que murieron por tal persecución ya que al verle el rostro blanco morían al instante.

 
Autor : Jose Antonio Cordova Wajajay.
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