miércoles, 30 de diciembre de 2015

LA LUNA Y EL ANCIANO

Hace mucho tiempo cuando la luna y el sol eran personas y bajaban a la tierra para visitarnos, se decía que ciertas cosas mágicas pasaban en los bosques, la naturaleza convivía con las personas que respetaban costumbres ancestrales.

En esos lugares vivía un anciano al que los pobladores llamaban Don Adrian, este era un obrero muy respetado por todos, muy trabajador y hacendoso, nunca descansaba ni en los días de reposo católicos, siempre iba al bosque a cortar leña para su casa y venta respectiva, siempre respetaba a la naturaleza, no depredaba ni mataba animales en época de apareo, tenia un equilibrio único, solo que con la edad su temperamento era muy malo.

La personas siempre se regocijaban con la llegada de la Navidad y la Semana Santa, salían a las calles y campos abiertos, celebrando la dicha de que nuestro salvador haya salvado a la humanidad de los pecados. 
Pero Don Adrian lo veía como cualquier día, y trabajaba todo el día, esto a veces entristecía a sus vecinos y familiares y casi siempre lo animaban a pasar fiestas o ir a la iglesia a lo que el se negaba.

Siempre se le veía por las calles con sus gajos de leña a la espalada. una noche de hermosa luna llena y época de navidad, la luna observaba a los hombres de la tierra, todos animosos celebrando la natividad del niño Jesús a excepción de uno, muy triste bajo de su lugar en el firmamento del cielo, a ver lo que sucedía.

Camino por el bosque y escucho el sonido del hacha de Don Adrian, y alegremente se le acerco al anciano, los saludo cordialmente y le interrogo sobre el porque de su trabajo en una fecha tan especial, Don Adrian le respondió un poco molesto que solo pensaba en llevar su leño y nada mas, ya que todos los días eran iguales, la luna un poco triste al ver que el pobre solo trabajaba decidió darle un descanso; es así que convenció al leñador en que caminasen juntos a su destino.

Los dos salieron del bosque caminando por la noche, solo que cada ves que conversaban y sus pasos adelantaban se elevaban directo al cielo y al centro de la luna donde se dice que el anciano pudo descansar.

Cuentan que en noches de luna llena se ve la sombra del anciano con sus gajos de leña, en compañía de su amiga la luna.

AUTOR : JOSE ANTONIO CORDOVA WAJAJAY - IRMA WAJAJAY YAUM
DERECHOS RESERVADOS 

1 comentario:

  1. La verdad que me gustó mucho esta historia y que en parte refleja lo que es el día a día de algunas personas que es trabajar pero nunca es malo descansar un fin de semana más bien descansar ayuda al cuerpo a recuperarse del desgaste de energía de la semana y poder continuar con los labores que están presentes

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